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Mostrando entradas de abril, 2015

El Viaje de las Palabras

   Una palabra no significa nada por si misma. Porque una palabra no significa nada si no hay alguien que le de la importancia, que la cargue de su significado, que la haga sentir entendida, relevante, y existente. Los caracteres flotan en lo absurdo, s us formas curvas y rectas, sentencian a muerte la libertad de solo existir. C argados de responsabilidades asignadas a sus símbolos .     La mente humana es un territorio ya domesticado por las palabras. Como caballos entrenados a correr tras un golpe del talón en las costillas. Condicionados hasta el punto de intentar darle sentido a aquello que no lo tendrá jamás.  El lenguaje no es otra cosa que la encriptación de un mundo lleno de posibilidades; encerrado, minimizado y cosificado para poder reproducirse a otros. Creemos entender el universo y sus reglas, sus sinergias, su belleza. Qué tontos y qué ilusos somos.     Y es que la palabra  Atardecer  no guarda los rojos, los magenta, los morados, los anaranjados.

Sentimientos encontrados

    Fabricio se encontraba escribiendo en la mesita de la esquina de su café favorito. Algo en el ambiente de ese lugar lo hacía sentir mas relajado, el ruido de las conversaciones ajenas, a las que ocasionalmente entraba, el caminar de las meseras con sus trajes típicos mexicanos. El café no era particularmente bueno, pero el servicio incluía líquido infinito, perfecto para amantes de la cafeína y los versos.     Era una tarde un tanto fría. Las nubes creaban un filtro grisáceo. El color de la naturaleza resaltaba en sus distintas tonalidades verdosas. Algunas gotas inofensivas refrescaban a los transeúntes que se negaban a admitir la humedad de la lluvia, así que resistían a paso firme ahí, mojándose de a poco. Fabricio traía sus audífonos puestos. Un playlist especial para la novela que estaba escribiendo. Algo lo hacía pensar que si mantenía el mismo artista durante todo el proceso, la obra mantendría un matiz más uniforme, más coherente. Los dedos golpeteaban el teclado de

La cita de las 5 y media

–Doctor, necesito ayuda– Dijo Martha. –Para eso estas aquí, dime qué es lo que pasa. – Dijo el doctor, mientras se acomodaba sus gafas enormes con montura dorada. –Doctor, temo que mi hijo se ha vuelto loco, o algo peor. Hoy en la mañana lo encontré hablando solo.–  La mirada de Martha estaba clavada en sus manos, que se movían inquietas. El doctor no pudo evitar hacer una expresión de incredulidad. Soltó una pequeña risa y contestó. –Martha, tu hijo es muy pequeño aún, es normal que tenga amigos imaginarios. A muchos chicos les ayuda a sentirse escuchados. No es nada de que preocuparse, quizá solo necesita un poco más de atención, es todo. –Doctor, usted no entiende. Mi niño habla de cosas que no tiene forma de saber. Sostiene una conversación como si fuera un adulto. Y cuando le pregunto con quién habla, parece no darse cuenta de que estaba hablando con nadie, me responde que sólo está jugando con sus carritos. Estoy asustada doctor, lo hablé con mi hermana y me