Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como luz

Pequeñas criaturas -1-

Imagen
Capítulo 1 Son las 2 y media de la madrugada. Los grillos se sintonizan con la noche y los árboles atenúan la luz de la luna que entra al cuarto de Emilio. Sus sueños son de carreras de autos, sueña en ser un piloto de Fórmula uno. Emilio tiene una cama en forma de auto, rojo. Dice su madre que no hay nada mejor para un niño que motivarlos desde chicos, ella piensa que su hijo es un genio, es sumamente creativo, simpático y bien educado. Emilio es un niño encantador. Muy delgadito, tiene apenas 4 años, su cabello es lacio y negro, tiene piel blanca como su padre, con sus cachetes siempre coloreados con lodo o pintura.  Emilio siente su lengua seca, y después de buen rato soñando con desiertos, un sol ardiente en el mar. Su organismo decide que es tiempo de hacer algo al respecto, abre los ojos y como es un niño grande, se levanta solo de su cama.  Emilio no teme a la oscuridad, su padre siempre le ha enseñado que el miedo crece si uno le da entrada. Sale de su cuarto, pasa la p

Una ilusión

Inician los redobles, es ahora o nunca. Los ojos del mundo, de mi mundo, se posan ante mi. La caja de cristal brilla con los reflectores. El agua cristalina llega casi hasta el tope. Mi corazón decide que es pertinente comenzar a relajarse, los pulmones colapsan y vuelven a llenarse de oxigeno. El poco que me queda, el último que recorrerá mis venas. Las luces se apagan y mi asistente me toma del brazo y me conduce al compartimento secreto, debajo del escenario. Se escuchan risas, aplausos y chiflidos de gente ansiosa, ellos que no comprenden lo que están a punto de ver. La voz del presentador dice mi nombre, la música sube, las luces se apagan por un segundo, sale humo por todas partes y ahí estoy, sonriendo al mundo.  Mi pobre madre en primera fila, sus lentes no me dejan ver sus ojos asustados e inquietos, pero su cuerpo no dice nada, calla cualquier expresión. Pocos rostros se distinguen en el público, no reconozco ninguno. He dado instrucciones de no dejar entrar a nadie, ni