La cita de las 5 y media
–Doctor, necesito ayuda– Dijo Martha. –Para eso estas aquí, dime qué es lo que pasa. – Dijo el doctor, mientras se acomodaba sus gafas enormes con montura dorada. –Doctor, temo que mi hijo se ha vuelto loco, o algo peor. Hoy en la mañana lo encontré hablando solo.– La mirada de Martha estaba clavada en sus manos, que se movían inquietas. El doctor no pudo evitar hacer una expresión de incredulidad. Soltó una pequeña risa y contestó. –Martha, tu hijo es muy pequeño aún, es normal que tenga amigos imaginarios. A muchos chicos les ayuda a sentirse escuchados. No es nada de que preocuparse, quizá solo necesita un poco más de atención, es todo. –Doctor, usted no entiende. Mi niño habla de cosas que no tiene forma de saber. Sostiene una conversación como si fuera un adulto. Y cuando le pregunto con quién habla, parece no darse cuenta de que estaba hablando con nadie, me responde que sólo está jugando con sus carritos. Estoy asustada doctor, lo hablé con mi hermana y me