El pie izquierdo
De esos días que el lado izquierdo de tu vida toma protagonismo. No de un modo educado, cordial ni mucho menos respetuoso. Entra y golpea todo a su paso, llamando la atención, gritando a los cuatro vientos que está dispuesto a arruinar cualquier esperanza de pasar un buen rato. En cuanto llega la primera oleada de malestares, golpes, humillaciones, tristezas y accidentes.. te das cuenta que será de esos días que las horas se multiplican por 10, el final del día simple y sencillamente no se ve venir. Retomas el aliento, caminas, manejas lejos de todo, solo para encontrarte con que los límites del lado izquierdo no se delimitan a un espacio o a un grupo de personas, se extiende por todo tu entorno, y como es de esperarse, te hace sentir como un completo idiota. Llorar ya no es una opción cuando piensas que no eres suficientemente niño, porque la dignidad y el orgullo se escurren por el cuerpo si nos ven llorar. Los pulmones se cansan de suspiros, los ojos se pierden en horizontes de