La nena
La nena está perdida. La nena sigue sus pasos. Consigue un poco de comida y sigue buscando. La nena olvida que está buscando y empieza a convertirse en un transeúnte más. La nena pierde belleza y gana miedos con zancadas de patadas y piedras. La nena lleva dos semanas perdida.
Un auto detiene el camino de nena, sale disparada unos metros e intenta pararse, no lo consigue. La nena está aterrada. Dos hombres se acercan e intentan robarla, ella patalea, pero el cansancio es tal... que prefiere morir.
Han pasado unos días desde que Nena está encerrada de nuevo. Las paredes se hacen más pequeñas cada día. Lo conocido quedó detrás, lo irreconocible se ha vuelto su vida. Nena tiene collar ahora. Nena es tímida, pero se deja tocar. Nena se olvida del miedo y del hambre.
Nena escucha un ruido muy fuerte, la puerta timbra, pero ella no lo sabe. Nena deja su paz y corre. La pequeña Sofía intenta calmar a Nena, pero sólo consigue asustarla más. Nena se vuelve dientes y gruñidos y ataca a Sofía. Nena está aturdida y no entiende qué pasó. Papá se enfurece con Nena y la golpea fuertemente en el hocico. Nena se agacha y lo mira suplicante. Papá descarga su ira y Nena no existe más.
Un auto detiene el camino de nena, sale disparada unos metros e intenta pararse, no lo consigue. La nena está aterrada. Dos hombres se acercan e intentan robarla, ella patalea, pero el cansancio es tal... que prefiere morir.
Han pasado unos días desde que Nena está encerrada de nuevo. Las paredes se hacen más pequeñas cada día. Lo conocido quedó detrás, lo irreconocible se ha vuelto su vida. Nena tiene collar ahora. Nena es tímida, pero se deja tocar. Nena se olvida del miedo y del hambre.
Nena escucha un ruido muy fuerte, la puerta timbra, pero ella no lo sabe. Nena deja su paz y corre. La pequeña Sofía intenta calmar a Nena, pero sólo consigue asustarla más. Nena se vuelve dientes y gruñidos y ataca a Sofía. Nena está aturdida y no entiende qué pasó. Papá se enfurece con Nena y la golpea fuertemente en el hocico. Nena se agacha y lo mira suplicante. Papá descarga su ira y Nena no existe más.
¡Uy, acidito!
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