Batalla lunar

Hombre apunta sus ojos distantes al horizonte.
Este no lo llena, no lo reconforta.

Gira a un lado, a otro, busca en las sombras de los árboles,
en el reflejo del mundo en los charcos del asfalto. Nada.

El viento lo acaricia y se burla de él.
Sus brazos entran en guardia y erizan sus bellos.

Se prepara para la batalla, el hombre suspira fuerte,
vacía todo el contenido de sus pulmones como señal de poder y fuerza.
Aprieta los puños hasta mostrar las venas.

El aire entra nuevamente y hace combustión en sus entrañas,
quién sabe dónde, pero muy profundo, y duele.

El hombre entra dentro de sí mismo, y navega sus recuerdos.
Sus palabras desbocadas, sus pasos erróneos dejan huella en una superficie blanda y sensible.
el hombre quiere dejar de ser él, para ser otra cosa, lo que fuese, pero él no.

Una luz azul penetrante lo saca, lo inunda y lo expone.
El hombre alza la vista, y ahí, bien alto, la luna lo mira de vuelta.
La batalla es sangrienta y despiadada.
El hombre no tenía oportunidad alguna.
La luna se lo lleva todo. No deja nada de él.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Los gigantes de cristal

El duende que vive en mi pecho

Memoria