Juego de niños

Nunca nada es como antes, como cuando éramos niños y los Cheetos sabían a gloria. Los dedos naranjas fueron testigos de muchas aventuras, fueron guantes de espadachín. Madura. Crece. Aprende.

Viaja, habla, estudia, conoce, y bebe todo lo que puedas. No olvides que la noche es joven, siempre hay cordura para un vino más. Unos labios carnosos, unas manos suaves, una mirada coqueta por la noche. No te estanques, conoce más gente. Júzgalos. Todos son unos inútiles. Todos son normales menos tú. Nadie sabe nada de la vida.

Entiende que ya no eres el de antes. Las rodillas duelen, la piel comienza a tener imperfecciones, dolor aquí, malestar acá. Si tienes suerte llegarás a los 40 sin se operado. Ten hijos. Edúcalos. Corrígelos. Dales todo lo que no tuviste. Culpa al sistema por no permitirte comprar una tele más grande, un coche más nuevo, una casa más lujosa.

Aprende de nuevo. Para estar más allá del bien y el mal. Para que conozcas los límites de tus capacidades, para que intervengas de forma positiva en la vida de las personas que te rodean. Para que te des cuenta que todo lo que te han dicho es una vil mentira. La economía rige el mundo. Las guerras ya no son redituables. La tecnología va a cambiar y mejorar cada día hasta que mueras. Las relaciones humanas se volverán más frías. La vida nunca será como antes.

Aprende a despedirte. No pidas demasiada atención. Lee mucho. Olvida que te han olvidado. Siéntate y espera. Espera. Y se acabó el juego.

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