La Noche de Soni


La noche de Soni




Soni teme a la oscuridad. No como un niño que teme a los monstruos o a los fantasmas. Soni no es tonto y sabe que esas cosas no existen. Pero la oscuridad es cosa distinta, ¡por Dios que lo es! Todas las noches Julieta lo lleva de brazos y lo sienta en su cama, hablan con Dios un rato, y lo cubre con las cobijas más suaves y abrazadoras del mundo. Julieta tiene antojo de Soni y se acerca a devorarlo a besos.  

Anuncia su retirada y advierte el momento de terror, ¡Fuera luces! y se cierra la puerta. Los ojos de Soni se cierran como de costumbre, intentando evitar pensamientos peligrosos y ¡Pum! llega el primero, sin aviso alguno. Se escucha algo afuera, ¿un ratero puede ser? ¿estará cerca? ¿Qué fue eso? Seguramente los ratones han vuelto para vengarse por la derrota en encuentros pasados, pero eso no es posible, ellos sólo vienen cuando Soni fabrica nuevos dientes. Por más que intenta mantenerlos a salvo bajo su almohada, los ratones siempre consiguen engañarlo y hacerlo caer en un profundo sueño para robárselos. ¡Esos ratones! ¡creen que con unas monedas lo arreglarán todo! Por suerte Soni duerme con la boca bien cerrada... y aún conserva muchos, aunque comienza a dejar de fabricarlos y eso lo preocupa un poco. Tiene que pensar en una estrategia pronto. Pero hoy no. No puede distraerse con eso hoy. 


Hoy es una noche especialmente azul, la luna observa muy atenta desde la ventana. Soni la saluda y le manda un beso. Como es su costumbre, se ruboriza y se esconde tras unas nubes que pasean por ahí. De repente la oscuridad envuelve la habitación. Las manos de Soni sujetan rápidamente sus cobijas y las llevan hasta la parte superior de la almohada, construyendo así una burbuja protectora. La peor parte viene ahora. Se escucha un ruido en la puerta, la madera del piso cruje. ¡Oh no! ¡Está dentro! ...¡y la luna no está ahí para protegerlo! Los ruidos caminan lentamente hacia la cama, están avanzando rápido. Debe pensar en algo pronto. Podría intentar enfrentarlo, pero tendría que romper su burbuja protectora y no habría nada entre.. eso.. y Soni. Los ruidos llegan justo debajo de la cama, se puede escuchar el esfuerzo que hacen por querer subirse. Soni toma la formación en bola, que consiste en llevar las piernas lo más cercanas al pecho como sea posible, sin romper con la burbuja, claro está.

Soni no tenía tanto miedo, porque ya era un niño grande, pero si tenía un poco, sólo un poco. Los ruidos no eran monstruos, ni nada parecido, es sólo la oscuridad, decía Julieta. ¡Los ruidos ahora están en todas partes! ¡Afuera de la ventana rasguñando una y otra vez! Suena la puerta, el piso de aquí y de allá.. Son más de uno ¡y están en todas partes! Julieta debe haber escuchado algo y aparecerá en cualquier momento.

¡Oh oh... Ya la tienen...!

-Lu... ¿Luna? Bonita ¿puedes asomarte un poquito? ¡Quiero verte! Es que, te extraño... Déjame verte sólo un poco ¿si? Prometo no asustarte esta vez. Por favor Luna.. Oscuridad me quiere llevar con ella, y no quiero irme, estoy muy bien aquí, con el viejo Chicho y con Julieta, y mis amigos de la escuela también, y los abuelos y claro que contigo! 

Se escucha un ruido fuerte en la ventana. 

-¡Luna! ¡por favor! Está bien.. si tengo un poco de miedo! ayúdame ¿si? ¡Prometo casarme contigo! 

La burbuja protectora se iluminó, Luna se asomó de entre las nubes, poco a poco. Soni asomó un ojo, sólo para asegurarse de que Oscuridad no estuviera por ahí. Todo estaba bien, Luna estaba ahí. 

La noche siguiente Soni y Luna se casaron. Luna estaba enorme de la felicidad. Soni le trajo unos dulces y unas galletas para celebrar, pero ella no tenía mucha hambre, así que él se los comió por los dos. Oscuridad molestaba a veces, hacía ruidos y movía las cortinas para intentar asustarlos, pero dijo Julia que Luna siempre está ahí, aunque a veces no se asome por la ventana. Soni le platica historias, para que sepa que la quiere, que no la olvida aunque ella no venga y así no importa si está o no Oscuridad esa noche, Soni sólo puede pensar en su querida Luna.    






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