El duende que vive en mi pecho

Tengo un duende encerrado en mi pecho. Golpea y patalea de vez en cuando, queriendo salir. Debe estar cerca de mi corazón, porque a veces los confundo. 

Creo que está enojado, porque cuando hay silencio, se hace presente, golpea una y otra vez, queriendo derribarme. No lo consigue, aún. 

Le he pedido ya que deje de molestar, le hablo bonito, le cuento historias, le pido que me diga qué le pasa, incluso le he cantado, pero es demasiado testarudo, no me dice nada, pero eso si, no deja de patalear. 

Un día de estos temo despertar con un agujero, y que no esté más.

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