Baúl de Recuerdos
Baúl de recuerdos viejos.
El alma guarda memoria de sentimientos y fisuras
Dejan marca y crean defensas.
El corazón es esta cosa, vulnerable y necia.
Que intenta conectarse constantemente con la mente
Que quiere perderse en el mundo, quiere vivirlo todo
No tiene miedo de principio, se entrega y se deja ser.
Es lastimado, por cualquier motivo, intencional o no intencional.
Esta es una carta para ti. Puede que la leas, puede que no.
Esto que siento no tiene nombre, pero si tiene rostros, tiene recuerdos.
Mi corazón es capaz de amarte,
y al parecer hay espacio también para sentimientos más ácidos.
Estoy molesta, estoy herida y me he vuelto esta persona sumamente fría y carnal.
Es exactamente lo que no quiero.
No quiero pensar en ti, no quiero pensar que puede existir un nosotros,
cuando no existe desde hace mucho. No puedo evitar extrañarte.
Aunque ya es un sentimiento que comparte espacio con otros.
Mi mente y mi corazón aún te celan, aunque no eres mi única opción.
Si me lo pidieras, estaría contigo. Pero no lo pides. No lo quieres. No me quieres.
En este mundo de sentimientos, me encuentro hablando sola.
Puedo escuchar el eco patético de mi voz pidiéndote amor.
Te llaman a besos y caricias, pero piden más que eso.
Mis ojos te miran casi con desprecio, pero esconden mucho.
Dicen que una persona no es capaz de engañar con la mirada, ni con el cuerpo.
Me he vuelto una estupenda mentirosa. Bailo y disfruto las miradas que me siguen.
Y la verdad es que muero por estar con alguien que signifique algo.
Estoy vuelta loca por encontrarlo. En uno, o en todos.
Busco en todos porque no lo tengo de uno.
Si lo tengo de uno, mi corazón palpita, florece y revoluciona la adrenalina,
dejándola correr por mis vena y mis pensamientos.
Pasan los días y llega en muro de fusilamiento. Hay sentimientos que no deben dejarse ser.
Hay unos que están destinados al fracaso. A matarnos, lenta y dolorosamente.
No estoy dispuesta a darte mi corazón. Ni a ti ni a nadie.
Porque ya ha sufrido demasiado. Porque no necesita luchar más,
merece un descanso. Un alivio. Merece ser encontrado por alguien que lo trate bien,
desde el principio y todo el tiempo. No eres tu. No eres para mi.
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