En caracteres y canciones, yo.

Soy Carla González Macías, actual estudiante de cuarto semestre de ciencias de la comunicación.  Tengo veintiún años intentando descifrar qué es vivir. Por ahora he descubierto que existe todo un mundo de opciones, mismas que requieren una decisión.
La música que me gusta por ejemplo, las melodías pegajosas y comunes que suenan en la radio me parecieron excelentes para acompañar mi niñez y parte de mi adolescencia, jamás podré olvidar mi viaje a Puerto Vallarta, dándole vueltas al casete del soundtrack de la película Hércules de Disney para escuchar a Ricky Martin y a Tatiana. Extraño cantar Enloquéceme de OV7 después de ver la novela Locuras de Amor. Thalía, Enrique Iglesias, Belinda, Moderato, Luis Miguel, Tarkan, Shakira, cuantos artistas han formado parte de mi vida, y ahora me ayudan a escribir mi historia. Justo antes del divorcio de mis padres recuerdo bailar en mi sala con “A Dios Le Pido” de Juanes. Llego a separación, en ese tiempo sonaba mucho la canción “Cara luna” de Tranzas. Después llegaron los Ipods, estaba en la Univa cuando vi el primero. Debo reconocer que me daba un poco de miedo, no quería ni siquiera pedir prestado uno, creí que sería tan complicado usarlo que me vería tonta intentándolo. Esperé seis meses para atreverme a tocar uno, fue mi regalo de navidad. A partir de ese momento la idea de la música cambió totalmente, por lo menos para mí.  
Las canciones de amor ya no me parecían tan distantes, muchas veces llegue a desear sentir algo por alguien para que esas canciones significaran algo realmente especial. Gustavo Cerati, “Episodios Sinfónicos” sonaba cuando se me declaró mi primer novio, o por lo menos el más importante hasta ese momento. Con él conocí artistas y canciones que no comprendía y eso me desquiciaba, me hacía sentir inferior, fuera de un circulo social superior. Una batalla se creó entre mis gustos, lo popular y sencillo, incuestionable, o lo complejo y casi subjetivo. Adopté poco a poco sus gustos, primero Depeche Mode, luego uno de mis grupos favoritos Coldplay, en los cuatro años de relación conocí a fondo sus grupos favoritos.
Un día desperté y me di cuenta que necesitaba algo, una identidad musical, tal vez alguna canción que dijera algo original, un algo mucho más profundo e interesante, pero sobre todo necesitaba tener mis propios gustos, descubrir qué era lo que me llenaba, cual seria el soundtrack que sonaría en el recuerdo de mi vida.
Una larga búsqueda, prueba y error. Así conocí muchos grupos y estilos musicales, y cada uno de ellos marcaron alguna etapa de mi vida, un momento, un sentimiento, o como me gusta dividir mi propia vida, una temporada.
Chris Martin y Bono fueron testigos de mi primer beso, The Postal Service y The Cure me custodiaron en mi estadía en el maravilloso país de Canadá. Las montañas y los arboles con sus colores me cautivaron. Un poco de música clásica para recordarme que la soledad solo existe si uno mismo se cree solo. En general la música clásica o las sinfonías suelen acompañarme cuando no puedo controlar mis emociones, caminando en la madrugada sin rumbo fijo, me pongo mi Ipod y todo mi mundo se transforma, como si la vida conspirara para bailar al ritmo de mi música.
Viajar ha sido desde siempre una de mis metas, adoro conocer y analizar las relaciones entre las personas. Roma fue para mi un sueño hecho realidad, me enamoré de todo, la comida, las personas, la arquitectura, el idioma y por eso hablar italiano es mi meta para este año, tal vez así pueda entender las canciones de Laura Pausini que tanto le gustan a mi mamá.
Definitivamente soy una persona marcada y llena de significaciones. Me gusta pensar que todo está en mi vida por algo, por decisión, por destino, o porque alguna fuerza sobrehumana así lo quiere. Así fueron las canciones para mí, fueron una especie de mensaje sobrenatural que quería comunicarme algo. Muchas veces llegue a jugar con el radio, haciendo preguntas sobre mi vida, sobre el amor, y colocaba una estación al asar, me gustaba pensar que la respuesta estaba ahí, que había alguien escuchándome y que este alguien podía contestarme a través del aparato receptor de ondas.
Los sueños suelen marcarme en muchas dimensiones, soy una persona con mucha creatividad y me gusta tener actividades que exploten esta cualidad, escribo muchísimo, me gusta pintar y casi cualquier cosa que implique inventar lo inexistente, por algún motivo extraño todos estos momentos de creatividad están acompañados por alguna canción específica, incluso cuando leo me gusta mantener una canción, o por lo menos un artista hasta el final.
Mi novio actual es músico, desde que lo conozco la música tiene un sentido mucho más especial. Gracias a él veo una canción como una completa obra de arte, cuando lo merece claro está. Me pone a pensar en todo el trabajo que tiene detrás, toda la creatividad y el ingenio que se necesita para colocar sonidos y convertirlos en imágenes. Nunca lo había analizado, pero en verdad, mi vida no solo está basada en caracteres, también puede contarse a través de mis canciones.  

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