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En letras existo.

Me he olvidado de escribir, por no decir que me he olvidado de mi misma. La verdad es que son sinónimos implícitos. Donde están mis letras existo, si alguien me lee aunque el lector no esté consiente, se convierte en cómplice de mis fantasías, locuras y desvaríos. He decidido hoy romper con el silencio, atreverme a contar de nuevo esas historias que llenan mis sueños de pretextos. El tiempo no es mi aliado, pero no lo culparé del todo. Lector, he vuelto, con mis historias y cuentos, con mis textos y sueños. He vuelto, porque si no escribo, no existo.

Vicio para dos

Deja de fumarte mi vida, deja de fumarte mis besos. Prende fuego a tu ansiedad y quémala hasta que quede en cenizas. Sé que buscas un veneno que te mate y te sepa a vida. Si un sentimiento cubre tu ambiente, porqué no materializarlo, porqué no cometer suicidio lento y silencioso. Buscas pretextos y encuentras motivos. Pero qué se yo, yo no entiendo lo que sientes, no entiendo tus prácticas, no formo parte de tus vicios. Tu vida no vale más que la mía, tus decisiones pueden llevarte a donde te plazca, pero no me lleves contigo, yo no elegí fumarme tu falta de paciencia, tu falta de auto-control. Tu vicio me envenena, me quema, me lastima y me molesta. Fúmate tu egoísmo, que yo no lo quiero.  

Una ilusión

Inician los redobles, es ahora o nunca. Los ojos del mundo, de mi mundo, se posan ante mi. La caja de cristal brilla con los reflectores. El agua cristalina llega casi hasta el tope. Mi corazón decide que es pertinente comenzar a relajarse, los pulmones colapsan y vuelven a llenarse de oxigeno. El poco que me queda, el último que recorrerá mis venas. Las luces se apagan y mi asistente me toma del brazo y me conduce al compartimento secreto, debajo del escenario. Se escuchan risas, aplausos y chiflidos de gente ansiosa, ellos que no comprenden lo que están a punto de ver. La voz del presentador dice mi nombre, la música sube, las luces se apagan por un segundo, sale humo por todas partes y ahí estoy, sonriendo al mundo.  Mi pobre madre en primera fila, sus lentes no me dejan ver sus ojos asustados e inquietos, pero su cuerpo no dice nada, calla cualquier expresión. Pocos rostros se distinguen en el público, no reconozco ninguno. He dado instrucciones de no dejar entrar a nadie, ni

Páginas en blanco

A escribir se ha dicho. Cierra los ojos, concéntrate en algo. No escribas eso, es demasiado típico, esfuérzate un poco más. ¿Escribo algo del amor? ¿No tiene ya un papel protagónico en la mayoría de las historias? Podría ser una historia tierna, alguna reflexión sobre lo compleja y maravillosa que es la vida. ¿Qué tal si escribo del odio, de la vergüenza, de la desidia? No, no y no.  La pantalla sigue en blanco y las ideas parecen cada vez menos claras. Empecemos por algo simple, qué tengo que decirle al mundo. Quién soy y cómo me desprendo de eso para sorprender a mi propia creatividad. Maldita sea, las palabras están ahí, pero no parecen tener intensión de ordenarse para formar algo coherente. Un poema tonto, la historia de un perro triste, una pelea de parejas, lo que sea ¡pero ya!. Está bien, así no funciona. Respira hondo, un poco más, eso es, ahora suéltalo todo y deja salir cualquier pizca de estrés de tu organismo. Si las palabras se encuentran ahí, sólo es cuestión de dej

Amor a distancia

Sigo tus pasos a donde quiera que vas. Soy tu sombra, no existo en tu mundo y aún así estoy dispuesto a brincar de un acantilado por ti, por tus bellas piernas largas que re definen la palabra perfección. No eres precisamente mi estilo, pero desde el momento que te vi pasar, moviendo todo el planeta con tus pasos, decidí que quiero estar a tu alrededor, quiero dedicar mi existencia a ti, aunque tu no sepas de la mía. Tal vez muera pronto, tal vez seas tu quien me mate. Pero estoy dispuesto a correr el riesgo.  Qué derecho tengo yo de admirar una cosa tan linda. Disculpa la intromisión, pero no podía quedarme fuera de tu habitación. Mírame, deja de maquillarte por un segundo y escúchame con atención. Mis gritos, mi canto y mi llanto sólo dicen tu nombre y tu me ignoras ahogando mi poesía reduciéndola a un sonido distante. Siento vergüenza de mi, me asfixia el pensamiento de no ser suficiente, de no ser nada para ti. Si algo hice para merecer esto, la cuenta está saldada.  En otra v

Café de media tarde

Deliciosas conversaciones con sabor a tabaco y café. Lo que se dice es irrelevante pero el aire lo dice todo en sus ráfagas. Ciertamente entre ellos hay un espacio pero sus mentes están conectadas, decodificando un mundo imposible de comprender. Las miradas buscan en la naturaleza elementos para completar sus argumentos, los ojos bailan de arriba a abajo entre nubes y lineas rotas de concreto. Las palabras ahí están, formando ideas que podrían cambiarlo todo. La lucidez se muestra alcanzable y humana, el discurso por muy sencillo y obvio es bastante cuerdo, digno de ser publicado en estantes de madera de una librería de ricos.  El tiempo celoso decide hacerse presente y la platica debe terminar. 

Cuadro de cristal

La voz de Alex acompaña mi pensamiento mientras mis ojos buscan pretextos para soñar. La lluvia golpea los cristales de la camioneta distorsionando el paisaje. Un árbol llama mi atención, sus ramas inclinadas en ángulos inusuales le dan un aspecto bastante lindo a la vista, y ahí me quedé. Justo cuando admiraba la forma de sus hojas una gota gigante me asustó. La forma de las hojas, de las ramas, la forma de todo cambió, se hizo escurridiza y se derretía. Entonces me dí cuenta de la existencia del cristal que se encontraba entre mis ojos y el árbol, por un segundo sentí una desesperación casi berrinchuda e infantil. La voz de Alex nuevamente y mis ojos se encontraron con los suyos, el hablaba sobre cambios, sobre la vida, sobre lo obvio. Pero sus ojos decían cosas mucho más profundas e interesantes, sus ojos hablaban de certezas, de sentimientos profundos y de sueños. Mi obsesión por sus ojos le llamó la atención y preguntó si todo estaba bien. No era suficiente la sonrisa que pintaba