Destino


  Hugo está escuchando el resumen del partido mientras revuelve el resto de su arroz con la salsa de tomate. Toma la última tortilla, le pone un poco de sal y le da una mordida. El sabor de la tortilla ya casi fría no fue tan agradable como esperaba, así que dejó la tortilla a un lado para terminar con el arroz. En la televisión los comentaristas discutían sobre las eliminatorias del fúbol mexicano, las decisiones de los técnicos al hacer los cambios, el desempeño de los jugadores más importantes y algunos suben el tono de voz hasta que uno de ellos interrumpe la discución y manda a corte comercial. 

   Hugo está pensando en la fiesta de cumpleaños de su hija Sandra, está por cumplir 3 años, y quiere su vestido de la princesa Mohana. La renta del local, la comida, piñata, bolos, todo resulta demasiado caro. Hugo se pregunta si no sería mejor darle todo el dinero invertido en la fiesta y llenarla de regalos, o ahorrar para su escuela, que es cada vez más cara. Pero la voz de su niña emocionada por invitar a sus compañeros lo persuade. 

  Un sonido agudo suena de la bocina que tiene frente. Una luz roja se enciende y Hugo deja de golpe el tenedor. Sale del comedor y se encuentra con Francisco y con Toño al fondo. Cada uno de ellos se posa sobre una vitrina. El uniforme está perfectamente acomodado. Hugo se mete en el traje, lo sube hasta los hombros, se coloca los guantes, cierra el zipper de la chamarra y toma el casco. Es el último en hacerlo. Toño llega primero al tubo, cruza sus piernas, se abraza a él y se desliza hacia el piso inferior. Seguido de Francisco que repite la acción exactamente igual. Hugo lo hace finalmente y cae sobre una colchoneta color azul rey. La colchoneta tiene las esquinas deshilachadas por el uso, grietas blancas y está sucia, pero aún soporta bien la caída. Hugo corre hacia la entrada donde Luis, Pepe y Gonzalo los esperan ya arriba del camión. Hugo se sube en el asiento del piloto, el camión ya está encendido, así que arranca en cuanto sus pies tocan los pedales. 

  Luis está hablando por el radio con una mujer, la mujer le dice que la dirección del incendio está apareciendo en este momento en el monitor del camión. Y efectivamente el monitor muestra una dirección, la pantalla dice 6 minutos. Ya están en marcha. Luis recibe la información, es un edificio mixto, en la parte de abajo tiene una panadería con tres personas dentro, no se sabe si están dentro o si ya salieron, los pisos superiores son habitacionales, hay al parecer cuatro departamentos donde viven familias, no se han confirmado el número de personas que se encuentran dentro, pero se confirma que viven dos familias con niños. 

  Hugo intenta concentrarse en el camino, las luces de la noche comienzan a molestarle los ojos, ya no ve como antes, pero ha tenido miedo de hacerselo saber a sus compañeros. Sigue la dirección que aparece en la pantalla, las calles no están llenas así que puede ir a una velocidad alta. En el camino se encuentran con una patrulla que enciende también su sirena y se une a la carrera. Están a 1 min y la nube de humo ya se ve en el cielo, es una noche con luna llena, el viento sopla como advirtiendo que puede haber una tormenta más tarde, pero las nubes no aún no se encuentran sobre la ciudad. Gira a la derecha dice la pantalla, Hugo toma el volante y dira a la derecha, ahí está el montón de gente sobre la calle, Hugo pita fuertemente, está muy molesto pues la gente está entorpeciendo la labor de rescate, esos segundos pueden ser importantísimos, pueden estar quitándole la posibilidad de vivir a una persona y ellos jamás se enterarían. 

  Las personas se quitan lo más pronto que pueden, Hugo acelera una última vez hasta que finalmente se estaciona lo más cercano posible al edificio. En cuanto las llantas están por detenerse las puertas del camión se abren y salen Luis, Pepe y Gonzálo por un lado, Hugo por el otro. Cada uno toma las herramientas que le corresponden, todos se mueven con una sincronía increíble. Toman mangueras, y diran de ellas. Francisco se acerca a Hugo y en un segundo aparecen el resto de los muchachos. Forman un círculo y todos escuchan atentamente. Francisco habla fuerte, grita instrucciones con una voz casi como si fuese militar. 

–Hay dos personas confirmadas en la planta baja. El incendio inició ahí, es una panadería, entonces puede haber una fuga de gas, hay bastante riesgo de explosión, se tienen dos tanques de gas y dos hornos al fondo, al parecer ahí es dónde se encuentra una de las personas, de la otra no se sabe la locación. En las plantas superiores se desconoce la cantidad de personas, hay dos departamentos en renta vacíos, otros dos sí están habitados, por la hora dicen los vecinos que deben de estar por lo menos las madres con dos y tres hijos, se desconoce si los padres están, se cree que hay una señora de la tercera edad en una de las viviendas. El humo ya alcanzó las plantas superiores, el fuego está escalando rápidamente. Tenemos que sacarlos de ahí inmediatamente, Equipo uno, conmigo, vamos a intentar encontrar la fuente, el equipo dos a las plantas superiores, hay que evacuar lo más pronto posible, viene otra brigada en camino, se van a dividir para apoyarlos. ¡Mantenganse a salvo! 

  Hugo pertencece al equipo número dos. Luis y Pepe toman de la escalera alta y la empiezan a colocar en posición hacia una ventana de la que que sale un pilar de humo negro denso. Hugo toma unas pinzas para abrir cerraduras e intenta abrir la puerta de metal que daba hacia la planta superior. Rompe la cerradura, suena un tronido fuerte y la puerta se abre. Es una escalera estrecha, hay mucho humo que empieza a salir hacia la calle. Hugo no logra ver nada, entra un poco y se da cuenta que hay un pedazo de muro de la panadería que se venció y la escalera está vencida. Imposible pasar por ahí. Cuando se da la vuelta Hugo, Luis ya está subiendo por la escalera, seguido de Pepe. Hugo se pone al pie de la escalera y espera a que sus compañeros rocíen la ventana con la espuma antifuego. Se escuchan los gritos de Luis, el ruido de las llamas no deja escuchar nada. Hay un calor insoportable saliendo de las llamas de la parte inferior, Luis rompe un vidrio de una ventana donde parece que no hay tanto humo. Los pedazos de vidrio caen sobre la acera y se rompen aún más al estrellarse. Luis desaparece en la ventana, Hugo comienza a subir por la escalera también, Pepe ya está entrando cuando llega a la última tercera parte. Las luces del camión y las llamas del fuego tiñen la fachada y el humo que sale de rojo. Hugo baja la cabeza y se avienta hacia el piso. Está incorporándose cuando entra a la habitación Luis con un par de bultos frente a él y otro detrás. Son dos niños que están caminando inclinando sus cuerpos hacia adelante, cubren sus bocas con unos plásticos azules. Un niño y una niña, ambos tienen las caras sucias y están llorando del miedo. La niña toma a su hermano de la mano como le indica Luis y caminan hacia la ventana sin tocar nada. Luis pasa junto a Hugo y entonces ve a la madre, la madre está aún más asustada que los niños, parece que está a punto de sufrir un ataque de pánico, la mano izquierda de Luis está siendo fuertemente apretada por la señora. Hugo sale de la habitación y entra a una oscuridad total. El olor a papel, a madera quemada se le mete por la garganta. La lámpara de su casco se prende con un golpe y aparecen muebles, en el fondo hay algo que parece un patio de servicio, todo lo que está ahí fuera ya se encuentra completamente en llamas. Hugo camina por el lado izquierdo, tiene las pinzas colgadas en el pecho, las toma y golpea la chapa de una puerta, Se agacha y gira la cara hacia atrás cuando la empuja con una patada. No hay llamarada, Hugo echa un vistazo rápido y no ve nada, es la habitación de los niños. Sigue adelante, la cocina tiene las cortinas en fuego, parte de los muebles están empezando a prender. Hugo se da prisa y da un vistazo. Nada. 

  Sale y se encuentra con la puerta de la entrada ya abierta. Sale, comprueba que el piso es sólido. la puerta de enfrente ya está abierta también, escucha los gritos de Pepe dando órdenes, Hugo le grita si necesita ayuda, Pepe dice que no, que continúe a la planta superior. Hugo corre hacia la planta superior. hay dos puertas, una de ellas tiene una ventana a un lado y se ve claramente deshabitada. La otra tiene plantas y un tapete de bienvenida en la puerta. Tiene doble puerta, una de herrería y otra de metal. Hugo mete las pinzas para intentar tronarla. No lo consigue, mete uno de los extremos para generar una palanca, tira de ella con todas sus fuerzas. La puerta se dobla, truena pero aún no cede. Hugo golpea un par de veces más y por fin se abre. Ahora está ante la puerta de metal. Es un metal blanco, pareciera aluminio, la chapa tiene un botón en la parte inferior. Hugo maldice, conoce ese tipo de puertas, son extremadamente difíciles de abrir, son especiales para evitar robos. Desiste, camina hacia el final del pasillo donde está la ventana hacia la calle. El humo sube dénsamente, ahora con más intensidad. Está llegando la segunda unidad de bomberos, hay una cantidad considerable de personas observando, los policías están intentando mantener alejados a los curiosos que apuntan con sus celulares hacia el edificio. Hugo se asoma para ver el balcón que está como a metro y medio de la ventana. Hugo analiza la estructura y ve que hay un borde del que puede sujetarse. En ese momento se escucha algo tronar muy fuerte. Sale una llamarada fuertísima que empuja a Hugo nuevamente hacia el pasillo. 

  Le toma un poco de tiempo recobrar el equilibrio. Cuando intenta levantarse se da cuenta que uno de sus oídos está aturdido, no puede escuchar nada. Se levanta el casco y se lleva la mano al oído, el dolor es punzante, pone su guante enfrente y ve un color rojo intenso, intenta ponerse de pie, lo consigue con dificultad. Hay pedazos de escombro por todos lados, un trozo de la pared se cayó, por lo que se ven ladrillos y un hueco. Hugo toma las pinzas de su pecho y desabrocha la cinta. Comienza a golpear la pared con fuerza, los trozos de pintura, de cemento, de ladrillo caen por todas partes. Alguno lo golpean. Se escuchan tronidos fuertes, un pedazo de techo cae hacia donde solía estar la ventana. Hugo se abre paso por el agujero y entra al departamento. 

  El departamento se ve bastante elegante, tiene pocos muebles pero son de muy buen gusto. Hugo camina con dificultad, su oído ha hecho que se sienta terriblemente mareado, no puede caminar en línea recta. Se apoya en la pared y camina hacia el fondo, gira a la derecha y encuentra el pasillo hacia los cuartos, debajo de una mesa está una mujer acostada, tiene ambos ojos abiertos, la contusión en la cabeza es tan fuerte y expuesta que deja ver un pedazo del cerebro. Hugo camina hacia el final del pasillo y grita, o cree que está gritando, en realidad no puede escucharse. Hay tres puertas, una de ellas es un baño, no hay nada, sigue a la otra, es un armario enorme, no parece haber nada. La siguiente es una habitación principal. En la cama está sentada con las piernitas cruzadas una niña, tiene como seis años, tiene los ojos cerrados y parece que está rezando. Hugo corre hacia ella y la toca, la niña brinca del susto. Hugo intenta hablar con ella, pero no sabe si la niña lo escucha, si él está diciendo las palabras correctas. Finalmente Hugo abraza a la niña y la carga, no es muy pesada, Hugo entra al baño y toma una toalla, la moja en el lavadero y la coloca sobre la niña. Agradece tener algo con qué cubrir a la niña para que no tenga que ver a su madre. Hugo llega a la entrada del departamento, las llamas que vienen de los pisos inferiores son tremendas. Se da media vuelta, hay una ventana en la habitación principal. Corre nuevamente hacia ella, la adrenalina consigue darle fuerza extra. Tropieza levenmente con las piernas de la madre, intenta no caer con la niña en brazos, se golpea contra algo, pero sigue corriendo. Ya en la habitación ve la ventana. El humo que viene de los pisos inferiores es tan denso que no alcanza a ver nada. Deja a la niña sobre la cama. Intenta abrir la ventana pero está atascada. Está por aventar un mueble hacia la ventana cuando de pronto todo el ruido desaparece por un instante, todo está en calma, sólo escucha el ruido de sus pasos en la habitación, su respiración agitada, la de la niña. La sirena a lo lejos. Un ruido agudo, como el de un zancudo acercándose, se hace más grande, y más grande, y más grande. Hugo se gira hacia la niña, la toma en sus brazos cierra los ojos y espera. 

  En unos instantes la explosión destruye lo que resta del edificio, y con ella, a Hugo, a la niña, los restos de su madre, y los de Martín; el ayudante de panadero que dejó la llave del horno abierta, intensionalmente, pues tenía una fuerte depresión de la que nadie tomó gran importancia, el panadero y dueño del edificio se encontraba en el baño, lo sacaron con quemaduras de tercer grado, las dos familias de los pisos inferiores sufieron golpes y quemaduras leves, lograron salir a tiempo. Eran las nueve con treita y siete minutos.



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