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Los Viajes de Karla

Sin duda cada viaje que uno emprende es una búsqueda de algo que no se encuentra a nuestro alcance en nuestras casas. Es una especie de desprendimiento de un anclaje, de una tradición que por algun motivo no nos es suficiente y hemos decidido conquistar algo más, sea lo que sea, tal vez sólo es a nosotros mismos. Pero lo cierto es que nunca viajaras sin volver siendo distinto, creo que ese es el concepto principal del viaje, uno puede saber a dónde va, pero es imposible predecir cómo nos va a cambiar, si va a ser un redescubrimiento de nuestros sueños, o si va a ser otro lugar del que tenemos que partir. La casa siempre va a ser la casa, la nostalgia de la comida, de los lugares, de las costumbres es necesaria en el ser humano. Pero hay ciertos viajes, ciertas conquistas que nos llevan a descubrir un segundo hogar, uno adoptivo, uno seleccionado por nosotros mismos para formarnos, para ayudarnos a evolucionar y hacernos sentir que estamos en el lugar correcto. Existen ciertas regla

El escritor

Sus palabras y sus mundos.  Hermosa gramática que permite explotar en caractéres y crear la ilusión de estarnos duplicando en una especie de despliegue del alma. Dos palabras, y ahí estoy. Curvas y líneas en papel cuando se requiere de un arte un poco más personal, pero siempre viene del mismo sitio. Escritor y sus palabras, palabras que lo seducen y le susurran para formar parte de su mundo, para existir.  Qué habilidad la del escritor, almas que se desprenden en cada una de las cartas que se escriben, en cada verso, en cada historia milimétricamente diseñada a través de palabras que, sabia o instintivamente son elegidas para formar lo que sea- literalmente- y logran una conexión emocional, visual, y sensorial con el lector. Un lector que es invitado temporal a un mundo que por páginas y versos, le pertenecen, son suyos y puede hacer de ellos lo que le plazca. (Not finished..) Karla Gunz

Los gigantes de cristal

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La extraña intromisión de una mujer llamada Elisa Se dice desde el principio de los tiempos que un alma pura tiene el privilegio de descansar entre reyes y santos. El paraíso puede ser completamente subjetivo. Uno va a donde quiere ir y ya. Lo cierto es que hay una poquísima cantidad de sujetos que pueden encontrarse con maestros o grandes personalidades para compartir la sabiduría de los mundos. No tiene gran ciencia si uno lo piensa detenidamente. Simplemente consiste en la reunión de grandes mentes y corazones que tienen algo importante que decir. La muerte no es más que un gran pasillo que te conduce a otra vida, a otra experiencia. La mayoría de los seres son solo transeúntes. Unos pocos son los que pueden quedarse ahí, observarlo todo y no morir más. Pero ella, aquella mujer era solo una mujer que había sido arrollada accidentalmente por el último tranvía de la noche. No fue un acto heroico ni mucho menos, no salvó la vida de ningún niño o anciano, jamás ayudó a los desam

El Espectador 3

EL ESPECTADOR “ La Obra Maestra ” Por: Karla Günz L os minutos pasaban y él seguía ahí, contemplándola. Ella estaba aturdida, tenía las muñecas y los tobillos atados a una silla, una silla por cierto, bastante cómoda. Intentó soltarse sin éxito. Su ropa estaba mojada aún, vestía una pijama de verano, por lo que gran parte de su piel estaba expuesta a la oscuridad de la noche. La luz era muy tenue, unas pocas velas iluminaban solo algunas partes del cuarto, no podía verse con claridad. Él mientras tanto, en el otro extremo, permanecía en la oscuridad. A él le excitaba verla ahí, sometida a un instante de purificación, la veía y no podía creer que por fin había comenzado. Había esperado un año completo para planear todo minuciosamente. No podía con tanta emoción, era casi imposible mantener la calma, aún con toda la preparación, seguía siendo extremadamente difícil seguir las reglas, otra vez las malditas emociones lo manipulaban. Apretó los puños para contenerse, re

El Espectador 2

EL ESPECTADOR “ El ritual ” Por: Karla Günz E l prefería los cuchillos pequeños, las incisiones precisas y detalladas, casi como si se delineara la piel con tinta roja. Tranquilamente los colocó en la bandeja, uno a uno; por tamaño, con el filo apuntando hacia el norte. Todo era simétricamente perfecto e impecable. Utilizaba guantes para no contaminar sus tesoros, con la suciedad de ella. Cada uno de esos cuchillos contenían una parte de su ser y no debían pertenecer a nadie más. Fríos y relucientes, la sensación de tocar el fino metal era excitante, simplemente sublime. Sostuvo frente a sí el más pequeño, levantándolo a la altura de su frente, viéndose en el reflejo de la cuchilla. Su nueva adquisición. Sonrió. Terminó de acomodar las herramientas. Salió de la habitación, cerrando con llave inmediatamente. Caminó por aquel pasillo, sus zapatos impecables rechinaban en el mármol. Sólo un par de luces iluminaban el final del camino. El olor a madera vieja y mojada e

Cómo crear un producto comunicativo.

Ensayo del segundo modulo “Como comunicar sin morir en el intento” “Si hay un secreto del buen éxito reside en la capacidad para apreciar el punto de vista del prójimo y ver las cosas desde ese punto de vista así como del propio.”  Henry Ford Realizar un producto comunicativo requiere de una ardua labor de investigación, definir los parámetros es otro de los retos con los que nos enfrentamos como equipo. Básicamente en este ensayo quiero explicar cuál fue mi proceso de investigación y cada una de las etapas por las que pase como estudiante y como parte de un equipo. Todo el proceso que me dio nuevos conocimientos que seguramente podré aplicar en el futuro para tomar decisiones acertadas y para realizar un trabajo debidamente fundamentado y respaldado con hechos e información.   Primeramente el objetivo era crear un logotipo con todos sus elementos, una tipografía, colores, símbolos que representaran lo que queríamos comunicar. Lo primero que se debe hacer es tener un contexto,

Crónicas de un semáforo

El semáforo de José “Pasando la tarde con un lavacoches singular” José Luis se levanta cerca de las 6 de la mañana, se mete a bañar, con agua fría para despertar más rápido. Una playera, unos pantalones viejos y unos zapatos rotos son su uniforme de trabajo. Al cuarto par las ocho, solía llevar a su hijo Roberto a la escuela, pero desde que tiene 13 años se convirtió en un muchacho rebelde y dejó de ir, en parte por influencia de sustancias tóxicas; por supuesto José Luis desaprueba, pero el padre dice no tener poder sobre las decisiones de su hijo. Desgraciadamente la otra razón para su baja academica es por la vergüenza. Todos los hombres de la familia sufren de una sordera hereditaria, y al no contar con suficientes recursos para comprar aparatos y llevar terapias, pues básicamente aprendieron a vivir así. Desde hace un par de años Robertito es un apodo inadecuado,   ya que es todo un muchacho, pareciera ser mayor de edad, pero solo tiene 16 años. Roberto acompaña a su padre José