Espejos de azfalto
La historia del suelo se pinta de plateado con tonos ámbar. Luces que bailan al compás del silencio. Viva armonía de ondas expansivas que amplifican las huellas del viajero, como si fueran con prisa a correr la voz de la aventura que viene a continuación. La luna y la tierra se unen en complicidad para formar paisajes magníficos. No ayudan a caminar, pero si acompañan en el trayecto. Cae una brisa que perfuma y alimenta la imagen vanidosa de la noche. Belleza pura cuando cae sin penas y descubre en su camino el lugar siempre perfecto para romperse. Arte en todos sus sentidos, pinturas al óleo y acuarela. Esculturas y danzas aéreas de infinidad de matices y densidades. Y la música, la verdadera música de notas inalcanzables. Cada existencia suya descansa donde ella quiere y se disuelve en miles de partículas que acompañan para forzarse a sí misma a construirse en el recuerdo de los sentidos. Bajo mis pies se encuentra un mundo de reflejos y verdades. El sonido es la cer